martes, 27 de octubre de 2020

Palestina, Ana Catalina Burbano


Claudia Falconi Burbano /Agosto 2020 /Tintas al alcohol



Palestina
Ana Catalina Burbano

Mi madre nació en Palestina.
No en la del Medio Oriente, sino en la de Río Verde.
-Amaneció en los brazos de su abuela y, antes del anochecer, ya había plantado una matita de yuca.
La madre de mi madre no sabía leer.
-A ella le gustaba reír y cantar.
Mi madre no aprendió a reír y cantar.
-A los catorce años se graduó de maestra.
Enseñaba a niños más grandes que ella y ganaba el pan para sus hermanos, para su madre y para su abuela.


Cuando amanece, el cielo de Palestina se pone verde.
-He pasado por allí en la madrugada y he visto que el aire es verde.
Verde y fresco, como el aliento de los árboles.
-Los árboles de Palestina son altos, como la lluvia.Los árboles, último rostro de los abuelos.
-La lluvia, río primero de los que cantan.


Después las voces crecen sobre la tierra.
-Y también sobre el agua, que es verde.
Del tamaño del día, así son las palabras en Palestina.


-Las he visto al oscurecer, en cuclillas, entre las piernas de las mujeres.
Descalza y en cuclillas, así cantaba mi abuela.
Liaba hojas de tabaco y cantaba.


-Elegguá y Yemanyá, dioses guerreros, viajaban en vapor, los ojos sueltos entre las copas de los árboles.
Algunos hombres se detuvieron a escucharla, entonces ella guardó sus palabras.
-Las envolvió entre las hojas de tabaco y miró hacia donde creyó que estaba el mar.


Con los pies en la tierra y la cabeza en el mar.
-Acunando a su hija más allá de la lluvia.
Ánima sola, humando sobre los techos de las casas.

Marzo de 2001


#ClaudiaFalconiBurbano #TintasAlAlcohol #ArtistasEcuatorianas# Poesía #Palestina #AnaCatalinaBurbano #LiteraturaEcuatoriana

No hay comentarios: